Un día se despertó y sonrió al alba; escuchó con calma el sonido de un hermoso violín, que por la radio aún sonaba.
Pisó firme el suelo, y con mucho anhelo, se dedicó a lo que amaba; un acha en mano, para leñas que él cortaba.
Con 40 años, la leña es muy pesada de cargar; son solo 20 kilos que llevar; se vá el tiempo, es que tengo 40 años más.
No sé si ha sido el tiempo, pero no veo a mi mamá, ¿donde está mi esposa?, todavía no vuelve de comprar.
Es que estoy confundido, me han hecho mucho daño, estoy parado en mi casa; y no la reconozco, esta no es la que tuve hace años.
Es hora de dormir, y pienso en esta cárcel, que males me ha tocado? Será que no tuve tiempo de confesar todos mis pecados?
El mundo y sus deseos me han cancelado la entrada al cielo; por que lo anhelo? Ahora me he contaminado por mi orgullo desquiciado.
Pero no lo entiendo, lo rápido que te fuiste cariño; ¿qué dira tu hermano?, voy a verlo, para darle mis consuelos.
Y cuando sucedió lo del accidente? He ido a mi nuevo hogar, y cuando nos mudamos? Se revuelve toda mi mente.
Ahora solo espera una noche más, que el día es corto, y las noches de terror; hasta mañana cariño, cortaré leña mañana, para calentar la casa que está junto al rio, que hicimos los dos.
- Autor: Eliseo J Benitez ( Offline)
- Publicado: 23 de marzo de 2019 a las 08:09
- Categoría: Triste
- Lecturas: 20
Comentarios1
Mi tio tenía una casa junto al rio que había hecho él, que se inundó. Él consiguió un nuevo hogar, donde se mudó con su esposa, y allí vivió muchos años, su esposa murió, y mi tía lo conoció, se casaron y siguen viviendo en la misma casa, a diferencia que el día de hoy, tiene demencia y recuerda a su esposa y su casa que se la llevó el río.
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