¿Vienes?

¿Quieres que adorne tu tronco con mis pétalos de azucenas?
Te puedo decir que no, pero la debilidad y la líbido que poseo en mis venas no me dejan, no podría mirarte sin robarte un beso, quiero encender tu hoguera y apagarla.

Puedo decirte que no anhelo tocarte, pero mi mirada dice otra cosa, es imposible ocultar mis deseos contigo, porque hasta mis dientes quieren morder tus arándanos para que explote en tu mente una lluvia de estrellas cargada de dinamita.

¡Ay, quiero escuchar tus melodías en mi oído!

Si vienes en mi invierno, te cubriré con cálido abrigo, tomaremos café, y leerás mi colección de poemas, si vienes a recibir los vientos de agosto, yo te daré una eterna primavera en mi cuerpo que con ansias te espera, te mostraré el camino para la felicidad y te bañaré con mi arroyo claro y perfumado.

Te confieso que mi alma quiere desnudarse y viajar al paraíso de tu cuerpo.
¿Querías quedar eterno en mis poemas? Pues has logrado que yo escribiera un poema.

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Medellín, Colombia.

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