Barro el suelo
y limpio el polvo,
recojo los cristales
y echo una última mirada,
antes de que vuelvan
termino de verla.
Puedo mirar
al espejo roto
y reír solo al verlo,
su vestido rojo
está suelto y más negro que nunca.
Busca, ella, sangrando,
un sitio caliente;
de flores, un ramo,
que aromas desprende.
¿Qué tibias aguas
has venido a enseñarme?
Creo tener recuerdos
de lagunas iguales;
No sé si darte la mano
o limpiarte la sangre,
no sé si esos ojos
han muerto o ahora nacen.
Parece que es mediodía
porque tapa el Sol
la noche, todavía;
el cielo está solo,
hoy no hay compañía,
ni viento, ni estrellas,
ni polvo de vida;
pero llegará un humo negro,
esa nube tan densa;
de flores, un ramo,
que esporas desprenda.
14/2/19
- Autor: Diego Invierno ( Offline)
- Publicado: 27 de marzo de 2019 a las 12:06
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: Diego Nicolás García Contreras, Wavesdarkness, Luzbelito
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