DIECISIETE

El DIOS JUVENIL



No estoy solo,
en mi cabeza tengo un stereo
no lloro,
solo me entrego al misterio.
Incluso cuando quiero llorar
los árboles se desnudan con sus frutas;
y me divierto estupidamente.-
No estoy solo
tengo un stereo en mi cabeza
apenas me levanto
me dice
que hacer.
Grito y nadie me escucha porque grito adentro;
me siento dentro del juego
¿por qué todos se van
y yo me quedo?
Bailo en la oscuridad,
bailo frente a un papiro
escupo al amor
y me derrito
sintiéndome solo.
Miércoles, no haces más que desvelar.
Bolsillos flacos
y humos todo el tiempo.
Y quiero saber
si te puedo morder.
Bailando en el silencio
enamorándote.-
Ella es un pequeño cáctus
pincha, hiere
exhala sangre
es feliz apoyada sobre la ventana.
Un pajarito feliz
tazón de ron,
y la jaula siempre abierta.
Es una rata sonriente,
y le va a gustar esta canción
porque la escribí pensando en su vestido
y como era cuando tenía cinco
y era inocente.
Bebí hasta dormir y nada me importó
salvo la maldita canción del barco
y el jodido Jazz.
Estribor de petunias claras
rociadas por anfetaminas doradas
tu boca de campana resaltada
por la tediosa velada.
El mundo es naranja mientras vuelo en paz,
y todo lo demás se corroe,
me baño en el aire del crimen
y rompo mi garganta silbando la canción
ve detrás del telón,
eludiré al guardia mientras corres detrás del telón.
Y la primavera,
y la nostalgia,
y que obsena y divertida que eras cuando tenías diecisiete.

 

  • Autor: Emil Epojé (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de marzo de 2019 a las 20:51
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 93
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