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Nadie dice nada y los poetas callan, callan con las náuseas de tantas veces, callan porque tienen miedo de fabricar pájaros de vidrio y, fingen sobre el fondo de un río muerto, fingen como hoy jueves, porque la Biblia les menciona el paraíso perdido, el muro frágil de un destino a las seis treinta de la tarde, encogido de hombros, hablándole con temor a la creación cuando saben que ha dejado de correr el agua. Entonces la humanidad anuncia la marca y la medida de la botella, como la revelación en dos sílabas: la hambruna de 1915 donde dios luce cuerpo, boca y dedos, enfermo de tifo y viruela y paludismo.
Bernardo Cortes Vicencio
Papantla, Ver, México
09:5228032019
- Autor: bernardo cortes vicencio ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2019 a las 12:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
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