OTOÑADA.

Otoñada.

Se lleva tu nombre el viento, el viento de la otoñada: te sales de mi silencio y todo el azul te llama. Sin la palabra hermosa que hizo latir tu nombre, pasan las vanas horas de este pesar enorme.

Si eras mi eterno lirio y todo el azul del cielo, ¿cómo mató el destino todo este bello sueño?... Yo, que quería amarte, darte lo que ignorabas, siento que el viento infame vino a llenar la nada.

Ser por llevar poemas al fango de la nostalgia, es como hallar la huella de lo que mata al alma. Sobra lo que no importa, falta lo que se quiere… ¡Ser para ser idiota es como ser un mueble!

Si eras mi eterno lirio y todo el azul del cielo, ¿donde quedó el vestigio de eso yo venero?... Tú, que supiste darme rayos de poesía, sabes lo que era el arte en el que amó tu vida.

Se lleva tu nombre el viento, el viento de la otoñada: te sales de mi silencio y todo el azul te llama. Sé que yo soy el triste de la trizada senda, pero yo nunca quise que de mi amor te fueras.