Llegó a ser
la partícula de Dios en mis venas,
la bruma de efímeras mañanas,
mis pequeñas muertes,
un barco anclando
en agua ignota.
Me vi en sus ojos,
fue mi espejo
mi sombra y mis pasos.
Más me hallé desahuciada
en medio de esa bruma,
la que acarició su pecado
en otra boca,
la que lo contempló humano
con la sal seca de mis pupilas.
Llego a ser...
¡La eternidad en un invierno!
¡El amor de mi vida en otra vida!
Lore Cruz
Madrigal de Luna
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Colombia-2019
- Autor: Madrigal de Luna (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de marzo de 2019 a las 01:38
- Categoría: Amor
- Lecturas: 56
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios2
SIMPLEMENTE MARAVILLOSO.
ABRAZOS Y SALUDOS CUANDO TE LEO.
Gracias, el tiempo que te tomas en leer y comentar para mi es importante y mucho más que te lleguen un poco mis letras
Nos abrazamos a una creencia después de que ésta se incrusta en el alma, cuando aún sintiendo el escozor y el dolor de sus alfileres proseguimos con nuestra propia ceguera, amamos hasta la agonía, y más, para después sentir la soledad que nos alivia la mirada.
Muy profundo tu poema, tu sentir.
Lázaro.
Que bello lo que dices, muy profundo y real.
Gracias por leerme y mucho más por comentar
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