Siempre que el cielo se vuelve rojo
de furia,
porque se vuelve a quebrar
mi pieza favorita de porcelana,
y tan triste como la rosa que se comió sus espinas
no seas indiferente a la agonía de la rosa,
ayuda la que el dolor y la compasión son maestros
en hacer que renazcan individuos fuertes y misericordiosos
para que mañana cuándo sanen sus llagas abiertas tiendan su mano a seres que agonizan en tundras profundas
y siniestras,
y en cuanto a tu pieza de porcelana recoges los pedazos,
diles adiós, se agradecido por tener y conservar el arte que te permitío crearla,
siéntate sereno bajo la luz de la luna y las estrellas,
la luz del sol,
en medio de una lluvia,
en la playa o la montaña,
y crea más piezas de porcelana,
aprende a ser agradecido y misericordioso
no te conviertas en un ser siniestro y oscuro.
Comentarios3
Eso deberíamos aprender a ser agadecidos, pero no es asi.
Buen poema Eduardo.
Un carioso saludo
Gracias por pasar y comentar uno de mis poemas favoritos.
Un cariñoso saludo
Gracias por compartirlo
Ten buen finde.
Si la empatía no cuestga nada Eduardo. Hermosa reflexión amigo.
Un abrazo en la distancia,
David
Gracias amigo por tu comentario.
Un gran abrazo
Buen mensaje Edu, gracias, gracias, gracias
Muchas gracias por pasar y leerme.
Un saludo
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