SABER QUE NO SOY

Bambú

Saber que no soy la Plath
que nunca tendré sus versos
en mi boca
que no recibiré tulipanes
y que siempre tendré un cielo
blanco, azul o gris

pero nunca negro

que quienes revolotearán
silenciosas y blancas
serán la mariposas
que nunca tendré el valor

de renunciar a mis soles
por más que se nublen

que el horno ya no es de gas
y que solo está
para hacer bizcochos
es supervivencia
no es felicidad
pero debería acercarse.

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Comentarios6

  • yancarlosqh

    ( que el horno ya no es de gas
    y que solo está
    para hacer bizcochos
    es supervivencia
    no es felicidad
    pero debería acercarse )

    Al menos tendrás bizcochos mientras sigues escribiendo para encontrar tus propios versos.

    Un saludo.

    • Bambú

      Pues sí. El olor a bizcochos en una casa es de lo más hogareño que existe, y tan dulce...
      Seguiré escribiendo. Mis versos... bueno, son y serán siempre míos.
      Jamás querría escribir como ella si debo pasar su calvario y morir de ese modo. Mejor la mediocridad y la paz en el corazón.
      Gracias mil por tu aportación.
      Un afectuoso saludo.

    • bambam

      "que nunca tendré el valor
      de renunciar a mis soles
      por más que se nublen"
      me encantó
      Abrazocito

      • Bambú

        Hola, Bambam. Me alegra mucho que te guste. El sol (mis soles, mis hijas) siempre está ahí. Yo les di la vida y ellas me la dan a mí.
        Un abrazo

      • María C.

        Muy bien dicho, me ha gustado Bambú
        Un abrazo

        • Bambú

          Eres un amor, María. Es que hay que seguir luchando ¿verdad? Sin desfallecer. Y sacarle jugo a las pequeñas cosas de la vida.
          Un beso grande

        • Texi

          El jardín solariego ( De Silvia)

          Las fuentes resecas, las rosas terminan.
          Incienso de muerte. Tu día se acerca.
          Las peras engordan como Budas mínimos.
          Una azul neblina, rémora del lago.

          Y tú vas cruzando la hora de los peces,
          los siglos altivos del cerdo:
          dedo, testuz, pata
          surgen de la sombra. La historia alimenta

          esas derrotadas acanaladuras,
          aquellas coronas de acanto,
          y el cuervo apacigua su ropa.
          Brezo hirsuto heredas, élitros de abeja,

          dos suicidios, lobos penates,
          horas negras. Estrellas duras
          que amarilleando van ya cielo arriba.
          La araña sobre su maroma

          el lago cruza. Los gusanos
          dejan sus sólitas estancias.
          Las pequeñas aves convergen, convergen
          con sus dones hacia difíciles lindes.

          • Bambú

            Cómo es esta mujer ¿verdad? Su poesía es bestial, rotunda, desgarradora...
            Gracias por traer ese poema a esta humilde casa.
            Un abrazo, amigo.

          • Bambú

            Pues tienes mucha razón. No sé si sé lo que no soy pero sí sé lo que no quiero ser. Jamás daría mi vida por ser una extraordinaria poeta. Jamás abandonaría a los míos.
            Un abrazo, amigo.

          • El Hombre de la Rosa

            Muy hermoso y grácil tu genial poema estimada señora
            Saludos de amistad
            Críspulo desde el Norte de España

            • Bambú

              Gracias a ti, Críspulo. Veo que somos vecinos. Un saludo, desde el mismo lugar.

              • El Hombre de la Rosa

                Yo vivo en Torrelavega desde hace bastantes años y espero que seamos buenos amigos en la poesía.



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