LA CHICA ABRAZÓ EL ÁRBOL.

Danny McGee

La chica abrazó el árbol.

Se fue a los bosques, una tarde entre los rayos solares, a ver el milenario árbol de los sueños, a hallar en los paisajes los encantos bajo el viento. Se fue entre los verdores de la gran naturaleza, con el alma hecha burbuja y con la risa en nubes hecha.
Se fue… la chica fue a los bosques, al rincón indomable de la gran vegetación. Por dejar el corazón, se invirtieron los colores: el del árbol abrazado y el del cuerpo hecho de flores.

La chica abrazó el árbol, el árbol de los sueños, el árbol milenario que le vio su bello cuerpo.

A la tarde, entre los años, jamás se le pasaron unos versos más divinos, ni el árbol vio una musa que igualara mejor sueño. Corre el río, otras cascadas, pero nunca fue a la tarde otra imagen más perfecta que la siempre recordada.
A la vez, colgada al sueño, la niña nunca supo de otro sol bajo otro viento: en imágenes, tendida, muy cercana a la distancia, siempre en ella vio raíces similares al recuerdo.

La chica abrazó el árbol, el árbol de los sueños, el árbol milenario que le vio su bello cuerpo.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.