Escribí toda una noche el poema del amor, dedicado a cien chicas distintas e iguales
mientras derramaba vino y las polillas se posaban en mi boca
nunca sentí tanta desdicha junta
nunca sentí tanto amor.
Los barcos en fila se fueron,
me gusta estar alcoholizado
me gusta pensar en chicas que no existen.
Y bebo toda la noche pero todo es fugaz
qué poca gracia me hace todo.
Y esas chicas inmortales que me ven sucio y retraído no les intereso
saben de alguna manera extraña que soy demasiado libre
y desde luego que eso da asco,
ninguna de ellas me invitaría a ver el mar pero yo lo veo sin necesidad de verlo
me quedo en mi pieza
me tomo medio cajón de cervezas,
empiezo a levitar.
Ciertas evanescencias una vez me dijeron que debía tener cuidado conmigo, y tenían razón, no sé qué es esta euforia, no sé qué soy yo
mato tiempo, mato
quisiera poderte conmover.
Escribí toda la noche el poema del amor sucio, el del deseo y su naufragio, y las manos me sangraban
dije está bien pero las verdades nunca son buenas y sólo pueden decirse de noche
sólo sé que escribí
el
poema
de
la devastación.
Todas las chicas dicen que debo tranquilizarme un poco,
y me traen unos calmantes hechos a mi medida
todas ellas creen que saben
pero no saben que tenemos toda la juventud atragantada.
¿En algún momento se termina?
El día empieza de azul,
todavía hay luna,
es llena
y las zarzas se agitan
la madrugada huele a absolutamente todo
es el aroma de existir.
Ja ¿A cuántos no les hace gracia ese perfume?
Como pesados y constantes ataques de nervios
oigo a las jaurías ladrar,
todo está callado.
- Autor: Emil Epojé (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2019 a las 00:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
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