Era frío y me quemaba hasta los huesos,
podia incendiar mis entrañas sin saberlo,
envolverme en una nube de éxtasis
sin tocarme y sin quererlo.
Me incitaba a mirar debajo de su piel,
a pensarlo en el sillón de mi casa,
sin nada más que un deseo irrefrenable
de arrancarle los prejuicios entre mis sábanas,
recorrer a punta de besos su extensión
desvergonzada y escalar en su pecho,
en su cuello, en su espalda.
Era una aventura navegar entre sus ríos,
sortear los remolinos de agua clara
y terminar los dos rendidos, respirandonos
el aliento después de la batalla.
- Autor: El otro yo ( Offline)
- Publicado: 1 de abril de 2019 a las 17:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 97
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Lincol, Wavesdarkness, jaquemate
Comentarios5
Envolver la hoguera con el aliento que todo lo reconoce!!!!Lo felicito!!!!
Muchas veces el tacto es lo único que se necesita para reconocer al otro, muchas otras nos reconocemos en un mismo aliento, en una misma mirada...
Muchas gracias por su lectura
Vaya forma de rendirse al amor y terminar la batalla disfrutando el momento inolvidable.
Disfruté de tu lectura estimada amiga.
Saludos a la distancia.
Pues esa es la idea disfrutar los momentos, la vida es eso pequeños momentos ...
Gracias por tu lectura y saludos desde mi rincón del mundo
mágicamente apasionado... era frío y me quemaba hasta los huesos... me encanta!!!
A veces el frío quema más que el fuego...
de todas maneras... eso sí sucede jeje.
Alguna vez encontré en el silencio, el entendimiento y la complicidad perfecta. Muy buenas tus letras, y tu pseudónimo. La banda homónima de te misma tierra, tambien me encanta. Saludos
Muchas gracias por tu lectura... Y que bueno que conozcas la banda 😉
10!
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