La noche abre sus parpados,
testimonio velado que progresa
solo dos palabras silabea,
Amor, ternura,
al nido del tálamo,
fontana constante,
caudales sin ojos testigos,
siempre retrocede el escaparate
en su imperio noctívago
a conquistar el reducto enamorado.
El sol esboza lumen de prismas
y en mis manos fulgura el oriente.
Hallo iridiscencia de luciérnagas
en los faros febriles.
El crespón bermejo del gallo
augura presencia del beso abatido
en las pérgolas de mis labios.
Ribetes de noche estremecida,
despabilar en copa acuosa
desvelado ya el sueño del letargo
su boca de panales, elixir de atavismo
combatiente leona rugiente,
acoplas adyacencias con el enemigo
Enjugas los labios en copa Prístina,
amanecer ciñendo su cintura
y mis dedos explorando otros paraísos.
Ciega la aurora con tu suavidad salvaje,
lucerna permeable de tenue cárdeno
envaina el cabeceo del sol que se inclina
al portal diurno del horizonte con soltura.
Abro mis palmos en quietud plácida,
boceto grácil de arquitectura
aún laxa pareces erguida
como estatua griega, columnas de ambrosía,
carnal Venusina pisas el oro de la espiga
en ostentación distraída, galáctica
largos muslos amueblan el crepúsculo matutino.
De LLUEVE EL VIENTO EN LOS TEJADOS- Publicado en julio 2019 - Ed. PALIBROS - N.YORK - EEUU
Hecho el Depósito según la ley 11-723- registro de autores.
- Autor: RICARDO ALVAREZ ( Offline)
- Publicado: 2 de abril de 2019 a las 22:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 78
- Usuarios favoritos de este poema: El otro yo
Comentarios1
Erotismo fino, felicidades amigo Ricardo.
bambam desde Chihuahua
Gracias poeta bamban. saludos cordiales desde Gueliguaychu. pcia. de Entre Ríos, aunque soy porteño
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