Nadie se salva cuando la corrupción avanza.
Irrúmpe como un alud por las calles de la decencia.
Los humanos pierden la sensatez.
Derrumbando los muros de la honradez
Desde arriba hacia abajo,
La corrupción avanza como un tumor maligno.
Matando a la honestidad.
Destruyendo la equidad.
Es triste ver a hombres encargados de dar justicia
Pidiendo una coima miserable.
Para soltar un criminal
Ofrecen la condena rebajar
O declararlo inocente.
Todo depende de cuanto puedes pagar.
Presidentes que pidieron el voto
Prometieron el cielo y acabaron en el suelo.
Pero con los bolsillos llenos
Y con el pueblo vacío.
Casa en el extranjero, empresas Offshore
Cuentas en Paraísos Fiscales
De millones de dólares.
Mientras que el pueblo
Sufre con la inflación,
Alza del Costo de Vida.
Obras públicas destruidas
O sin terminar y sobrevaluadas
Que no duran nada.
Se creen indispensables y volverán a postular.
Porque quedaron obras por terminar.
O mandaran a sus hijos a recuperar
Los contratos que faltan finiquitar.
Su nombre es cohecho.
Coima su apodo.
Hermano del soborno.
¡Es tanta la ambición!
Es tanta la perversión.
Así es la corrupción.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
D. R.
- Autor: Antonio Encinas Carranza ( Offline)
- Publicado: 3 de abril de 2019 a las 09:29
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 14
Comentarios1
Teniendo aún fresca la memoria de una dictadura propia y de tantas a mi/nuestro derredor no me duelen prendas, aparte de estar en total acuerdo con usted y sus palabras, decir que en este caso el primer grado de corrupción es y pertenece a la misma sociedad que les votan, que les apoyan, que les siguen: ¿Qué quieren éstos que callan? ¿Más dictadura, más represión, más mentiras, menos derechos? ¿Qué les impiden a éstos que nos den todo lo que les pedimos? Hay una palabra que lo define todo: Podredumbre.
Lázaro.
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