Aunque paré de esperar
nunca dejé de pensar
que aún estás por llegar.
Quizá no te encuentre,
si no que tú me has de encontrar.
Un día, quizá.
Una noche, tal vez.
Alguna madrugada. Quién sabe.
¿El destino?
Pero si él conspira conmigo.
Por eso, paciencia, querido.
Disfrutando de lo nuestro nos cruzaremos
exactamente cuando menos lo esperemos.
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