Apareciste.
Apareciste entre el sueño o la neblina.
Tallaba mis ojos repetidas veces para poder apreciar tu rostro.
Sonreiste y el instante hizo "Click".
Capturé los dientes más perfectos y alineados posibles.
Tus ojos me llevaron a conocer la dimensión de la sinceridad.
Algo que por mucho tiempo desconocí.
Estabas ahí. Frente a mí.
Entre el cielo y el infierno.
No podía apreciar con claridad tu rostro, porque
las llamas del deseo o las nubes opacas me impedían la vista.
Tallaba mis ojos repetidas veces para poder apreciar tu rostro.
Sonreíste y se iluminó el camino.
Me guiaron tus dientes que eran las interminentes de tu risa.
Y no escuché tu voz. Y no miré tus manos.
Pero tus ojos me llevaron a conocer la dimensión de la sinceridad.
Algo que por mucho tiempo, nadie me había ofrecido.
Exististe. Castaño, con unos tragos que no te apoderaron.
Tu colonia me hacía bailar los pulmones. La danza de los suspiros.
Un smoking azul, entallado y un moño que te hacía ver anticuado y me encantaba.
Distinguí con facilidad tu nerviosismo y atrevimiento.
Tenías un terremoto en las manos, pero pusiste el valor sobre la mesa y de sorpresa
veinte rosas salieron de tus mangas.
No sabía ni tu nombre y confié.
Hace año y medio. Diez meces o dos semanas.
No sé ni quién eres, ni cómo te llamas, ni qué complexión tienes.
Tallaba mis ojos repetidas veces para poder apreciar tu rostro,
pero las raíces de mis pestañas, comenzaron a florecer.
Era de día y desperté.
Capturé una sonrisa. La más perfecta de todas. Y unos ojos.
Apareciste cuando dormía, y ahora, no puedo parar de soñar.
- Autor: Nadia Almazán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 6 de abril de 2019 a las 14:55
- Comentario del autor sobre el poema: Realidad
- Categoría: Amor
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri
Comentarios1
Precioso, entre sueños y realidad.
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