En el reino de Arlequín…
Hubo una vez muy lejana
en el reino de Arlequín,
una pelea entre hermanas
disputando al rey de allí.
Cuatro jóvenes muchachas
que en la comarca vivían,
Carmen, Julia, Estela y Saya,
cual de todas mas bonitas.
Lo que pasó... ya les cuento,
préstenme mucha atención,
resulta en ese momento
el rey una fiesta dio…
Por ser el 20 de agosto,
día de su cumpleaños
y sintiéndose muy solo,
dijo... voy a festejarlo.
Que mejor que con mi pueblo
que me respeta y me ha dado,
todo su amor mas sincero,
aún antes de mi reinado.
Le pidió a la servidumbre
que tenía en el palacio,
reunirse todos el lunes,
a las seis donde está el atrio.
Eran noventa personas
entre jóvenes y ancianos,
mas cuando llegó la hora,
a todos les dio un recado.
Diciéndoles... mis amigos,
de tantos años pasados,
he pensado y decidido,
festejar mi cumpleaños.
Y tal vez quiera el destino
ofrecerme el gran regalo,
de conocer aquí mismo,
a ese Ser, el más amado !
Como tanto lo querían
la gente de su palacio,
demostraron su alegría
brindándole un fuerte aplauso.
Mande mi rey lo que quiera,
dijo Pedro el jardinero,
que haremos lo que desea,
sólo queremos saberlo.
Y así fue que aquella tarde
se puso en marcha su plan,
Arlequín les dio el mensaje;
cada quién a trabajar.
Unos debían hacer
para el pueblo invitaciones,
el resto encargarse de...
las demás preparaciones.
La pintura del palacio
fue totalmente cambiada,
todo el bronce fue limpiado,
los cristales y ventanas.
Cada cual con un que hacer,
alegremente cantaba,
era tan bello de ver...
renacía la esperanza.
Porqué el rey había dejado
ya su tristeza guardada,
y una sonrisa en sus labios,
mostró a quienes lo escuchaban.
La comida, que les cuento...
era un inmenso banquete,
vino en toneles de cedro,
tintos, blancos, moscateles...
Postres de todos colores
en bandejas de marfil,
y por supuesto las flores
que adornaban, del jardín.
Por otro lado en el pueblo
era un tremendo alboroto,
para elegir el atuendo
y los regalos de todos.
Habían corrido rumores
de que el rey buscaba novia,
de allí que les cuento entonces,
como sucedió la historia...
De las cuatro damiselas
que se peleaban por él,
por saberse la mas bella,
sin importar quién es quién.
Eran hijas de Anastasia
y de Alberto de Berbén...
oriundos de Malgalasia,
del norte de Coligué.
Fueron de allí desterrados
hace diez años atrás,
por quién tomó aquel reinado,
al igual que muchos más.
Despojados de riquezas
y todas sus pertenencias,
así fue que la realeza
los echó de sus viviendas.
Hoy son uno mas de tantos,
que integran ésta ciudad,
quizá por ello el espanto,
de las hermanas, pelear.
Tal vez por haber sufrido
en su niñez la inclemencia,
crean posible el destino,
les otorgue una licencia.
Y en la fiesta que aquí el rey,
les brinda a toda su gente,
una de ellas logre ser,
la principal pretendiente.
Es por ello la disputa,
por saberse cual mejor,
veremos lo que resulta
al comenzar la reunión.
Llegó el día tan preciado,
faltan escasos momentos,
para que todo el palacio,
abra sus puertas al pueblo.
Vestido el rey con levita,
de color azul del cielo,
su corazón le palpita
fuertemente por los nervios.
Comenzaron las campanas
del palacio a resonar,
y una inmensa caravana
empezaba a desfilar.
El majestuoso jardín,
con sus caminos rojizos;
no podría describir,
con palabras cuánto brillo.
Llegaban con mil obsequios
y grandiosas grandes reverencias
damas, hombres y pequeños
al pasar por su presencia.
Luego de un tiempo muy largo
y una vez ya todos dentro,
los clarines anunciaron,
de la fiesta su comienzo.
Cuando todo estaba en orden,
sentados en sus lugares,
levantó la copa el conde
diciendo... felicidades !
Que se cumplan sus deseos,
mi señor, Rey Arlequín !
Un inmenso honor tenemos,
de estar todos hoy aquí…
Festejando como hermanos,
sin más o menos linajes,
estrechándonos las manos,
como leal homenaje.
El rey levantó su copa,
parado frente a su mesa,
dando las gracias a toda,
esa inmensa concurrencia.
Y expresó en voz muy alta
su enorme felicidad,
uno, dos, tres... a la carga,
a comer que es tarde ya !
Que vivas Rey, muchos años,
es nuestro mayor deseo,
porqué sos un ser humano,
digno de todo respeto.
Le dijo un anciano humilde,
que había sido caballero,
el padre del Rey dio el tilde,
por ser su mejor guerrero.
La comilona duró,
casi, casi, unas tres horas,
luego el postre se sirvió
y trajeron la gran torta.
Con una vela en su centro,
que debía de apagar
con gran fuerza, en un intento
y no podía fallar.
Absolutamente todos,
parados frente a Arlequín,
cantaban como en un coro
el cumpleaños feliz."
Fue tan grande su alegría,
que de sus ojos brotó,
una lágrima muy tibia,
que a todos los conmovió.
Tomó aire y de un soplido,
a la gran vela apagó,
y entre risas y silbidos,
allí el baile comenzó.
Se propiciaron las damas,
pretendientes, a danzar,
y salió a bailar con Saya,
que ganó el primer lugar.
Luego Estela, Julia y Carmen
y un sin fin de tantas más,
vestidas todas de encajes,
deseosas de coquetear.
Todo el pueblo murmuraba…
Con quién se habrá de quedar..?
Quién de todas le gustara..?
Cuál de ellas reinará..?
Pero en él no se notaba,
ningún gesto de atracción,
mas aún, el Rey pensaba
dentro de su corazón...
Que en esa fiesta no estaba
la que atrapara a su amor,
y con gran pena en el alma,
al jardín se retiró.
Acariciando a una rosa,
notó que estaba una flor,
era un ángel, muy hermosa,
lejos de la gran reunión.
Se acercó muy lentamente
y anonadado quedó,
con su corazón latente,
muy sutilmente le habló…
Eres un ángel del cielo,
en mi fiesta… preguntó !
No mi señor, soy Consuelos,
hija de Antonia y León.
Porqué lejos de la gente,
te encuentras en el jardín,
pudiendo estar de repente
disfrutando mas allí..?
Perdón, no quise ofenderlo,
pero en un sueño yo estaba,
y cuando hube de verlo,
creí que se concretaba.
Su mirada era profunda,
dejando entrever su alma.
Tomó su mano desnuda
y era como si flotaran.
Acarició su cabello,
brillante como la plata,
le robó a su boca un beso,
retribuido por la dama.
Eres tú, mi dulce sueño,
el amor que tanto ansiaba,
el regalo que mi cielo,
mas hermoso, me entregara !
Y entre sonrisas y llantos
de alegría inesperada,
el Rey anunció cantando
que habría boda en la comarca.
Dijo... mi pueblo querido,
ella es Consuelos, mi amada,
la Reina que yo he elegido,
para que a ustedes reinara.
Las hermanas se abrazaron
con gran sollozo en sus almas,
comprendiendo que era en vano
amar a quién no la amara.
Y todos fueron felices
y dijeron... viva el Rey !
Oh! perdón... los reyes, dicen,
por Consuelos que también...
Pertenece a la corona,
porque Arlequín la eligió,
y esto señores no es broma...
Es un dulce y gran amor !
Luis A. Prieto.
martes, 12 de diciembre de 2006.-
- Autor: Lualpri ( Offline)
- Publicado: 7 de abril de 2019 a las 13:21
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 86
- Usuarios favoritos de este poema: Libia Sophia RC, Texi, kavanarudén, anbel, Dulce, María C.
Comentarios7
Qué inventiva y creatividad... Enhorabuena poeta por tu kilométrico cuentos.... Y fueron muy felices y comieron todos perdices... y colorín colorado, este cuento aunque de enamorados, no es de color morado y ya se ha terminado....
Jajaja...
Se me fue un poco la mano de largo !!!
Abrazo.
Linda historia de amor. Saludos
Gracias.
Saludos.
Excelente Luis.
Pura creatividad y poesía
Un fuerte abrazo
Kavi
Gracias.
Otro para ti Kavi.
Me encantó este cuento con final feliz, como debe ser, abrazo Luis
Gracias chiquilla.
Me alegra que haya sido de tu agrado.
Abrazo.
ME ENCANTA ME ENCANTA... AMIGO LUIS
TU RIMA ME LLEVA AL SON QUE LA ESCRIBES...
ERES TREMENDO. ABRAZOS (OJALA TE LLEGUE)
Que decirte Ali...
Muchísimas gracias.
Me place que sean de tu agrado.
Cariños.
Luis.
ES UNA HISTORIA HERMOSA LUÍS!!
Un abrazo
Gracias María.
Abrazo.
Buen martes querido.
Lo mismo para ti María.
Cariños.
Que bello cuento...
Y como a pesar de todo los sueños
se cumplen y nos salen al encuentro.
Porque como pienso...
Lo que ha de ser, será, así pase tiempo.
Abrazos miles, para ti Luis.
Seguro que así ser'a, chiquilla.
Cariños.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.