Mientras ella duerme,
contemplo
de la vida que renace
su aliento.
Tras un instante,
todo el aire, todo su aire,
florece
en un suspiro caudaloso.
Fructifíca al influjo
del milagro,
si acaso, testigo perfecto,
la mirada de Dios.
Algo de su ser invicto
le sobrevive,
timón, vela y viento,
de nuevo navega su regreso.
Posdata: Dedicado a una niñita de mi familia.
- Autor: el brujo de letziaga (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2019 a las 07:05
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Luna y Poesía, MAQUIAVELICA
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