Abrí los ojos, me sujetaban unas manos frías
estaba en una sala blanca y casi vacía
el que me sujetaba era un varón de amplia sonrisa,
en la cama había una mujer soñolienta y cansada,
los médicos me examinaban con mucha prisa
yo me sentía débil, incapaz y entusiasmada
pues dicha gente me quería más que nada
fuimos a lo que le llamaban hogar
todos allí no me paraban de observar
los primeros años pasaron con velocidad
y en todo este tiempo
entendí el sentido de la vida
que se basa en sentimientos
el amor y la alegría
pero no para mí, para los demás
y siempre lo he intentado proporcionar
desde que nací me lo han explicado
por eso lo escribo hoy aquí
porque es de mi pasado.
- Autor: MdM ( Offline)
- Publicado: 9 de abril de 2019 a las 01:03
- Comentario del autor sobre el poema: de mi hija Isabel con 11 años
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 25
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