La Hora 25

Quisiera ser parte del tiempo,

Para inventar la hora 25 donde me amaras,

Quisiera ser parte de la arena del desierto,

Y formar una duna inmensa y dibujada,

Como el Amor que por ti, yo siempre siento.

Quisiera ser parte del firmamento,

Para poder obsequiarte una sola estrella,

Y regalarte también dos mil luceros,

Para que la luz de mi Amor, no pereciera.

Quisiera ser una sola gota del hermoso océano,

Y bregar contra corriente hasta tus orillas,

Para besar tus pies con Amor infinito,

Mientras tú dulcemente me arrullaras.

Quisiera ser el pétalo de una rosa carmesí,

Para sentir en el Alma cuando me acaricies,

Y dormir en tus palmas mientas me hablas,

Y te prometa volver a salir,

Cuando nazca, de nuevo el alba.

Quisiera ser el crepúsculo del norte en invierno,

Y regalarte un copo frágil de blanca nieve,

Tan blanco como el Amor que yo te sueño,

Y tan puro como tu Amor, en medio del Universo.

Quisiera ser un poco del día, y de tus noches,

Para abrazar a tu almohada mientras despiertas,

Y dormir abrazado a ti,

Entre tantas alboradas.

Quisiera ser beso inmortal entre tu pecho,

Y caricia imperfecta que tú deseas,

Quisiera ser el abrigo horadado de madrugada,

Para abrigarte entre caricias y calidez, de mis enamorados besos.

Quisiera ser la nueva hora inventada,

Para amarte entre la luna y madrugada,

Y escribir sobre mi piel tu ciudad y también tu nombre,

Para saber donde buscar,

Cuando el sol se haya ido, o la luna este alejada.

Quisiera…

Quisiera ser palabra heredada entre tus labios,

Y caricia perpetua sobre tu piel,

Pero comprendo que tú no estas cerca,

Y yo aún no encuentro… la hora más deseada.