Cansado

Rodrigo A. Alvarenga

Recién empieza la madrugada.

La recibo con una cerveza

-me sonríe-.

Sabe que la acompañaré.

Discuto con ella de los sueños que con vos tengo,

revienta en celos al conocerlos,

mas nada me quita estas ganas

de abrir contigo todas las mañanas.

 

No dejan de brotar las fantasías,

aunque cada sentido,

junto con todo aquello que he aprendido,

me grite al oído:

¡olvidate de algo tan ridículo!

 

Me decís que soy incapaz de amarte,

¡y tenés razón!

Te trato mal,

no te dejo hablar,

solo te hago enojar,

me burlo de tus ideas,

en pocas palabras:

soy una mierda.

 

Lo que no sabes es que tengo miedo.

Temor a esto que por vos yo siento,

a que me hagas caso y no sepa cuidarlo, 

a que te convirtás en todo lo que siempre había soñado...

 

No soy bueno con palabras.

Me costó pronunciar que te veías hermosa.

Es más,

ni siquiera tuve el valor de hacer tal cosa.

Te dije: “qué bonita te ves hoy”,

como asumiendo que eso no fuese parte de tu día a día.

 

¡Me detesto!

porque no puedo decirte que sos divina,

que, en las noches, por vos espero la mañana,

que cada vez que te veo, tu rostro me deja perplejo;

que me enamoro de tus ojitos lindos,

de tu naricita tierna,

de tu boquita malhablada,

y de tu sonrisa pícara y macabra

que a todo el mundo se acaba. 

 

Por si no lo sabías,

también me asombro con la figura de tu cuerpo,

deliro con el deseo de conocerlo.

Como Fausto,

estaría dispuesto a venderle mi alma al diablo

con tal de probarlo. 

 

Estrellita de mis sueños,

entendé de una vez por todas...

yo de verdad te quiero.

  • Autor: Rodrigo A. Alvarenga (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de abril de 2019 a las 11:35
  • Comentario del autor sobre el poema: Ella es la razón de mi insomnio (27/Mar/19)
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 20
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.