La barca del mago

En la mirada del mago que acaricia el timón de su barca, dirigiéndolo sin miedo, viendo hacia atrás para no olvidarte, ha pasado tantos años errante, nómada entre la luz y la sombra,

Está el verdadero pergamino que señala como un mapa viejo, entre nubes, entre soles y lluvias etílicas, olas de pensamientos que nos llevan a distintos parajes, a cada quien su desierto, su infierno, su mar, su estrella, su dulce despertar, y entre tantos distintos latidos una sola sombra desde un mismo sol, desde un mismo cielo que todo lo puede saber,

Ahí queda escrito con letras de hielo todas las inmensidades que alguna vez con un llanto agónico despertaron la piña en la mente, para poder leer las fórmulas sagradas que la sangre encerró en cada latido, cada lágrima, cada sonrisa, cada toque, cada despertar, cada beso y cada caricia, lo bueno, lo malo, lo real, lo irreal o lo infinito,

Vayamos ahora desde aquí tú y yo, hacia el paraíso en el desierto, a la inmensa soledad de las palabras tragadas, de los secretos más mudos, dentro de tu pecho, dentro de tus piernas, dentro de tu alma,

Abriremos tú y yo algún día ese cofre de madera donde dejamos los sueños, hoy rotos, hoy olvidados, secos, sin sangre, grises, escritos con tinta obscura en blanco blanco, blanco papel,

Alargó el mago la mano para disolver en su cazo vacío todo el aprendizaje de sus miedos, para vaciar en el sobre el arco iris su letra, y subió a su embarcación y hacia el mar contra las dunas del tiempo se ha ido hundiendo, con sus secretos, con su magia, con su polvo para volar, con su fórmula invisible, con su máscara de comandante, con las cabezas de todos los dragones que mató, su alma tatuada con tu rostro, su estrella, su cielo, su infierno, su revolver, su sangre y su vino pal olvido, con todo y sus huesos, al fondo, al fondo, al fondo del mar