Bajo un espejo azul todo lo que embellece el cielo eres tu
Mis ojos se enamoran con tú cuerpo, el enfoque milimétrico que detona en mi iris una nebulosa que sucumbe ante la atracción que generas. Puedo mirar todo a mí al rededor, pero a ti te observo con detenimiento y exactitud.
Revelo paulatinamente las inquietudes en palabras que mi espíritu me pide decirte para obtener de ti esos tímidos gestos que dejas escapar como estrellas fugaces los cuales atesoro en los pergaminos de mi memoria.
Al estar contigo el tiempo toma forma de maneras distintas en momentos envueltos con fantasías que tienen ganas de personificarse.
Aseguro que la gloria existe cuando estoy contigo y no puedo distinguir en qué fase de mi sueño estoy o si me encuentro mas bien despierto viviendo en una realidad previamente relatada como algo profundo.
(De cualquier forma
No quiero despertar de ti porque yo quiero dormir por ti, contigo y para ti.)
Quiero libar el borde de tus labios como una caricia que reúna la naturaleza más profunda que coexiste en el núcleo de tú boca materializado a través de un beso.
Aguardo palpar con mis manos delicadamente la textura tan fina como pétalo de rosa que es tú piel y entonces sentir a ese ser híbrido que nació entre mi sueño y la realidad que se asemeja a un Ángel el cual llevas grabado eternamente en el anagrama de tú nombre.
Deseo desmaquillarte la tristeza que llegues a ligar como un bosquejo en aquellos días donde todo parece estar desvanecido y regenerar en ti ese susurro de melodías nativas de tú retraída sonrisa que dominan los esbozos de mi felicidad.
La patria brota cuando el aire enreda tus cabellos y la silueta que reflejas a contra luz se convierte en una leyenda que estremece mi noción.
Fortalezas de tu profunda identidad parecen no claudicar ante la intriga de mi impaciencia donde no quiero saber quién ha rasgado el corazón de azúcar que llevas dentro, yo quiero ser victorioso de librar todas las batallas, ese que se corone dentro de ti el día que escuche yo mismo: vivo y caluroso ese palpitar inquietante en el quid de tu pecho, escuchar la razón por la cual mi intrepidez tendrá nombre y mis emociones alguien a quien sentir.
- Autor: Omar Flores. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de abril de 2019 a las 19:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 72
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