A gritos, nos pedían un beso.
A sus espaldas, nos comimos el deseo.
Sobrio, aprecié tus labios.
Con mi mano, contemplé tu rostro;
mi pulgar, se perdió en tu pómulo,
los demás,
incrédulos,
discutieron entre ellos:
‘Un querube’, dijo el cordial.
‘Gaia’, corrigió el anular.
Porque al tocarte, inició mi vida.
Al probarte, escapé de mis pesadillas.
Observándote...,
sanaron mis heridas.
- Autor: Rodrigo A. Alvarenga ( Offline)
- Publicado: 12 de abril de 2019 a las 21:00
- Comentario del autor sobre el poema: Lo logré, sin alcohol en mi garganta la besé. Sin estar profundamente dormido, la acaricié. ¿Qué más puedo querer? (4/Abril/19)
- Categoría: Amor
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: sin remedio
Comentarios1
Hola
Creo que en el segundo verso el “seseo” no ayuda al ritmo: “A SuS eSpaldaS…”
La imagen de un pulgar sumergido en un pómulo es más bien violenta que romántica.
El uso de rimas consonantes en “ía” cuando el resto del texto no presenta sino asonancias parece fuera de lugar.
No entiendo qué quiere decir en el verso ocho con “exploraba tu mejía”.
El final de los ojos marrones me parece efectivo y me gusta, sin embargo, los dos versos anteriores con “diez mil y un versos” y “once mil y un razones” no ayudan para nada con este final.
Espero que este comentario sea de ayuda
Saludos
Chuck
Perdón, pero no le soy -ni pretendo ser- fiel a la métrica. Si así fuera, estudiaría filología o algo por el estilo. Escribo lo que pienso y siento... Y sí, se sumerge el pulgar bajo una óptica erótica (la cual es y debe ser, por excelencia, violenta).
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.