Anoche me sentía triste y melancólico.
Salí al jardín y me senté en el verde pasto
en medio de rosas y jazmines encendí un cigarrillo
y aspire el azuloso humo que trémulo se elevaba al cielo.
Alce la vista al cielo y aquel humo y las estrellas dibujaron
tu frágil figura.
Mire tu bello rostro sonrojado y tierno
que me hizo suspirar.
Mire extasiado tus labios rojos que cual hermosa rosa de primavera
me invito a soñar.
Escuche tu dulce sonrisa, dulce sonrisa de ángel
que la gloria me hizo desear.
Alce la vista y quede mudo,
mudo de tan bella impresión.
Mire tus ojos y aquel color verde me recordaron
los jardines del edén.
El azul de ellos trajo a mi mente el recuerdo de las olas del mar.
Aquel color gris los nubarrones del cielo.
Algunos matices de ellos el alba y otros el ocaso.
Nuevamente alcé mis ojos al cielo y vi tus tús ojos,
tus ojos raros pero bellos y fue en ese momento, solo en ese momento
que encontré en ellos el color del arcoíris.
Entonces, solo en ese momento comprendí que tus ojos son las puertas de la gloria;
tu sonrisa canto de ángeles y tus labios un manantial de agua dulce.
Nuevamente aspire el humo del cigarrillo y suspire, suspire por ti.
porque, sabes?
En sueños te llamaba y con el alma te añoraba,
eres mi principio y mi final,
eres mi risa y mi llorar,
eres la musa a la que siempre quise encontrar….
todos los derechos reservados 2015
- Autor: Alejandro Gonzalez Baltazar ( Offline)
- Publicado: 18 de abril de 2019 a las 13:39
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Aqua Marina
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