Al volver de la montaña que entre niebla se pierde
traje conmigo rimas carmesí de letras azules,
colectadas todas sobre hojas del bosque verde
al tiempo dulces y tristes que en tu boca fundes
en el fuego de tu acento que las prueba todas
mis letras tierno besas, y me quedo estuporoso
pues con sorpresa enmascarada me preguntas
si es que acaso me aventuré a hacer aquel viaje solo,
a lo cual respondo
dos frases tontas
y callo un “te quiero”,
cuando la verdad
es que no,
viajé siempre con el recuerdo tuyo en mis ojos,
el sabor joven de tu piel al borde de mis labios
y tu aroma de mujer en mi bufanda escocesa,
ese abrazo cálido que en mi cuello se eleva
cuando luces de estrellas mueren sin dejar huella,
también con
tu silencio de hielo abrasador como respuesta,
pero
soy el viento que alimenta el fuego y que no cesa.
- Autor: Nestor Varela ( Offline)
- Publicado: 20 de abril de 2019 a las 20:57
- Categoría: Amor
- Lecturas: 24
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