Hoy no estás, yo ya me di cuenta…
Lo supe desde la milésima vez que me senté en la cama
Luego de dar cuatrocientas vueltas
Y acallar a golpes al corazón que te llama.
Lo presentí cuando me despertaba
Y te buscaba triste, en el último sorbo de café
Y extrañaba tus besos en mi espalda
Y no recordaba de tus pechos la miel…
Hoy no estás y yo estoy insoportable
Porque yo no sé qué hacer con mis brazos vacíos
No porque nadie hay, que me hable
Si no, porque hablan al aire los labios míos
Y me cuentan de infinitas tristezas
Que vivían conmigo antes que tú llegaras
Y la muerte me sonríe y me embelesa
Y hoy no huye, como cuando me hablas
Y me asomo al patio y a la ventana
Y me juro pedirte perdón, aunque no sepa por qué
Si regresaras cuando te diera la gana
Aunque fuera para regañarme por yo qué se
Entonces la puerta se abre de repente
Y entras como si nada, sonriendo y gritando
Y yo me odio, por extrañarte como demente
O me felicito, por tenerte en mis brazos.
- Autor: Catelgood (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2019 a las 13:39
- Comentario del autor sobre el poema: Igual que a veces, el vicio ayuda a esperar la razón, ocasionalmente la fantasía tiene el propósito simple de esperara la realidad con paciencia y sin desespero... Eso creo, eso quiero... (por mi propio bien), eso espero.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 113
- Usuarios favoritos de este poema: Alfonso J Paredes
Comentarios1
Muy emotivo, no se aprecian las cosas hasta que dejas de tenerlas y se añoran sobre todo a las personas, cuando no están. Bello poema un saludo.
Muchas gracias por la visita y el comentario, Alfonso... El pequeño regusto del escribidor, es que alguien más reciba lo que escribe. Un abrazo grande y agradecido.
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