No puedo asegurarlo pero con franqueza lo digo,
La gente está cansada del camino,
Concurren las calles sujetos con una fe en la verdad bastante perdida,
O sino bastante, al menos lo suficiente.
Va la humanidad sin destino fijo,
O quizá con el único y desconsolador destino del silencio.
Van las masas sin verdad alguna de la esencia porque fueron creadas.
Lastimados por la guerra que ha librado el más cobarde de los hombres,
Van con una angustia ruin, despreciable,
que comprende de principio a fin del mundo.
Contenida en tal angustia también se encuentra hasta la más remota chispa en la mirada de aquella mujer hermosa en que puede esconderse el último de todos los hombres.
Y aquí no queda esta situación.
Tambien yo voy cansado del camino,
del camino,
de ese que diariamente tiene óbices más grandes que esta despreciable naturaleza humana.
Y además voy con una cara larga, con más aún que un complejo cansancio, diría que con un voraz castigo,
después de pensar en aquella mujer voy con una entera nostalgia que acostumbra flamear en mis entreñas y emanar a través de mis poros la volcánica destrucción que hay dentro.
Ah pero tal acontece, la condición para que esto ocurra es solamente no mirarte,
Es sencillamente tenerte en mis pensamientos toda, casi toda o apenas y a penas un poco, o quizá bastante. Para no enrrollarme más, que sencilla o complejamente estés en mi.
Porque cuando te miro nuestros papeles cambian, ahora el voraz sentimiento te carcome a ti,
y soy yo quien disfruta del placer de mirarte desde tus pies (que bien vale aclarar que en ellos principia el mundo, mi mundo),
Hasta subir detenidamente a tus frágiles y delicadas manos que te expresan con convicción de tu belleza
Y llegar por último tras haber pasado por tus hombros, tu delicado cuello, por aquel hermoso rio que no penetro y suelen llamar cabellera,
A tu dulce rostro, a tu mirada en que me encuentro a mi, el último de todos los hombres, con angustia,
con la punzante pregunta,
de ¿que pasará?, ¿a donde ira a parar este desbocado sentimiento?.
- Autor: Santiago Londoño (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de abril de 2019 a las 13:48
- Categoría: Amor
- Lecturas: 28
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
Comentarios1
en que me encuentro a mi, el último de todos los hombres, con angustia, con la punzante pregunta, de que pasará con este sentimiento.
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TODO LO QUE EMPIEZA TERMINA, ASÍ DE SIMPLE. A VECES SIN DESPEDIDA Y SIN UN ADIÓS. SIMPLEMENTE NO VUELVE MAS.
Y SE CIERRA UN CICLO, QUE EN OCASIONES NUNCA EMPEZÓ.
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