EL LLANTO

Es el agua del mar la hermana caracola
y la lágrima su fulgor, su brillo, su linaje.
El llanto es el agua que se rompe en una ola,
es el mar de marea alta y fuerte oleaje.

Desde que se peca, el hombre llora
derramando perlas, derrochas, suspiras
y se ausenta el silencio a cada hora,
gota por gota, te rompes y miras.

Fruto del dolor, por causa de la risa, compañero
del sudor, se va derramando por tu mejilla,
de la mañana a la noche y en el alba primero,
vas llorando de silla en silla.

Cuando la tristeza alcanza tu alma
o cuando la alegría invade tu vida,
la lágrima precede a la calma
y el lamento cura la herida.

De negro se visten las plañideras
revolviendo el silencio que mata,
agrandando las pupilas y húmeda la madera
donde vierte el mar sus perlas de plata.

Sabe a sal el sudor, la lágrima y el mar,
huele a mar cuando humedeces tu cara.
Si por una sonrisa que te lleva al altar,
llora de amor y llora por clamar.

Esos que nunca han llorado, ni voz se oyó en sollozo,
ni rabia, ni emoción, ni penas,
ni gota que cae en un pozo,
ni sangre que corre por sus venas.

Vivirán sin emociones, morirán feos y sin compaña,
porque sus rostros no han sido surcados
ni por las penas, ni alegrías, ni por la sal que araña
cuando la mar se seca y tu rostro ha tocado.

No te guardes rencor ni tampoco las ganas,
llora por emoción, por amor o con saña
y si lloras con pasión y en ello te afanas,
si te apetece, llora, que el que llora no engaña.

SENDEROS
Fdo.: Alfonso J Paredes
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