Me encontré con el silencio
que me envolvió con su ropa,
apagando mis palabras
y congelando mi boca,
yo sentí un escalofrío
al sumirme entre la sombras
y también con las tinieblas
que el silencio me provoca,
y buscaba en la distancia
las alas de la gaviota
y esas olas, tan amigas,
de la mar con su voz ronca,
no pensaba en la resaca
ni en los muros de la costa,
con los párpados cerrados
y embarradas ya mis botas...
Y la noche me envolvió
con su manto y con su toca
y me dejó entristecido
con la garganta muy ronca,
entonces quise gritar
y hasta volar con mi prosa
alejándome de versos
y de pamplinas golosas,
pero el poema nacía
en la sangre gota a gota,
y te buscaba, mi amor,
pues precisaba tu droga,
maldije al silencio vil
y a la palabra traidora
que se quedó congelada
sin poder darte una rosa...
"...Una noche yo te vi
y te perdí, medio en bromas.
Otra noche te encontré
y te ofrecí ser mi copla..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 22 de abril de 2019 a las 09:19
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: neosan, Aqua Marina, Lualpri
Comentarios4
Precioso!!!
me encanto
Saludos!
Gracias Aqua marina,
Saludos.
Precioso!!!
me encanto
Saludos!
Me gusta, un recorrido literario buenísimo- Un saludo de DOMOTA
Gracias por tus palabras María Dolly.
Un saludo.
"...Una noche yo te vi
y te perdí, medio en bromas.
Otra noche te encontré
y te ofrecí ser mi copla..."
Una belleza de punta a punta.
Felicitaciones.
Gracias Luis.
Un abrazo.
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