El pájaro enclaustrado,
con perspicacia feroz
descansa serenamente
en su jaula.
Come todo lo que puede;
recibe gustoso la mínima
atención.
Se baña largamente…
(El recipiente con que lo hace
almacena también el agua,
que a sus anchas, bebe).
El pájaro enclaustrado
NO CANTA.
Se reserva. Sabe de lo
que viene; lo siente
profundamente.
A lo que su amargo cautiverio y su antigua libertad,
le recuerda
prefiere cerrar su mente.
Se mantiene activo
dando pequeños saltos
con sus patas delanteras
(de hecho, las otras permanecen
como hasta ahora: traseras);
sube y baja de un irrisorio
palo de madera, al que se aferra
sólo por instinto.
El pájaro enclaustrado
revolotea con desgana
(casi por reflejo) sus molestas
alas.
Le recuerdan su desventura
(aunque en un tiempo
Grandes Verdades
le hayan enseñado,
ahora, lo desaniman).
De salvar trata, su ironía:
parece darle risa:
¡tan grandes y tan cercanas!;
¡ni siquiera voltear le exigen!
Con atención, mira la mano
que abre y cierra la jaula.
No se inmuta. Espera con paciencia.
Observa cómo, los creadores de
su destino (sus captores)
mueven las cabezas sinritmo;
bailan sin-sentido alrededor.
Aprendió que hasta Dios se equivoca.
Sabe que todo lo que dejó
afuera,
como hasta ahora, sigue.
Ve cómo se regodean.
Un éxtasis total los conmueve.
El pájaro enclaustrado, las alas
revolotea; brinca sutilmente: el que de comer le da
abre la jaula.
Aproxima su mano franca.
Acerca la palma.
Sube de un brinco, el pájaro enclaustrado (sin pensarlo dos veces).
De la mano del creador (dador),
atraviesa la jaula.
Se mantiene sereno.
Retoman su baile (los dos).
Vuelven a regodearse.
Ahora hasta cantan. Disfrutan con la inmovilidad
Del Pájaro.
Parecen saber algo,
que al Pájaro le recalcan:
bailan y cantan.
Una brisa renovadora pasa...
- Autor: Macedonio IV ( Offline)
- Publicado: 23 de abril de 2019 a las 02:32
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 26
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