Se desangraba por dentro y se hacía pedazos, se volvía la marca del cinturón que usaba para alzar la cintura en la que no entraba. Cargando con los estereotipos de un mundo a la medida de unos pocos y sin tantos juicios propios.
Su útero era el único lugar donde esconderse y sin embargo le ordenaban cuando vaciarlo y llenarse de deseos ajenos, de ideas usurpadas de un viejo libro, de un viejo lobo, de una vieja época. Nada era suyo realmente, nada. Todo era vidriera para escrutinio público.
Pero el dolor que la invadía cada dia era más grande y más grande el modelo que no alcanzaba. Se dibujaba en las venas la libertad que le costaba sangre. Y fluia para poder reencontrarse.
Se soltó de ese mundo ruin que la oprimia, fue al fin el fuego que había deseado e incendió todo indicio de mandato ajeno a su cuerpo, a su "yo" a su útero innato.
- Autor: El otro yo ( Offline)
- Publicado: 23 de abril de 2019 a las 21:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Romi A, Marellia, alicia perez hernandez
Comentarios1
Hola, que te puedo decir de tu escrito? Escapa a todo contexto establecido, mientras lo leía me imaginaba ' no se porqué a Natacha Jaitt ' y tantas otras mujeres estereotipos de vidrieras y de mundo vacío. Felicitaciones
Esa es la palabra un mundo vacío, que nos reclama a todos seguir una norma impuesta mientras pregona una libertad de expresión y una diversidad que se acaba en el momento en el que haciendo uso de la facultad más hermosa que es "Ser" queres simplemente eso, ser sin que te señalen y no podés. Un gusto tenerte en mi espacio.
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