Recuerdo la belleza natural de tus caderas,
encriptadas en el mármol óseo de tu estructura,
fatigante de mis esfuerzos únicos,
resultantes de sumatorias perdidas en los ojos
cuando te veían pasar con el arcoíris intacto,
demarcando integrales en el andén del tiempo.
El sol, que madura frutos en el verano,
fue moldeando las partes incipientes
de tu fisiología florecida en acecho,
en la umbría de tu cuerpo saltaban los eclipses
de las tardes tempranas,
donde sueños siameses compartían dormidos
gráficos en tus corvas, orugas del deseo,
de los años por llegar tras la ventana,
en ecuaciones de incógnitas prohibidas
y miradas desnudas al espejo.
Tu belleza temprana, crisálida de emociones,
imagen de un suspiro cortado por el viento,
sortilegio ambulante de tus pasos,
era el punto de apoyo de mi mirada estática,
replegada en las áreas sensibles al encuentro
de dos fuerzas iguales que aumentaban
las ganas de ampararse en las palabras
que se mecían en la cuna de las palpitaciones,
haciendo eco en tu vientre.
El movimiento orogénico escultor de tus senos
fijó la forma estricta de los amaneceres,
que sazonó por asalto tus días cristalinos
haciendo tu cuerpo imago, incitador al desvelo,
cuando la presión hidrostática en mis venas
tenían el coeficiente exacto para llenar tus sueños,
pero una tarde te fuiste dejando huellas
repartidas en coordenadas ciegas,
que no tuvieron el valor de despedirse.
Ayer, pasado algunos años bisiestos y comunes
vi pasar tu silueta cubierta entre arreboles
que entregaban la guardia de la tarde
dando paso a la noche que encubre los detalles
de las equivocaciones y las huellas heridas;
no se si fue nostalgia
o la sensación que dejan las ansias suspendidas
en la cuerda del tiempo que no invita al regreso,
pero me quedé inmóvil,
yerto en el vacío de un túnel despiadado,
sin mirada ni asombro,
mientras la marcha de tus pasos
anunciaban las seis campanadas de estar vivos.
Distinguí el compás de tu cuerpo
marchando silencioso sin la altivez del trueno,
y los paréntesis que formaban tus caderas
anularon su orgullo
y sentí los años crepitar en el alma
con la furia de un tren que no va a ningún lado,
disimulé un segundo para reír con lágrimas
atravesando imaginarias callejuelas,
tomé de la mano al niño que aún queda de mi
y lo invité a quedarse dormido en mi regazo.
- Autor: Soncafe (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de abril de 2019 a las 06:49
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 112
- Usuarios favoritos de este poema: Dulce, JADE FENIX, El Hombre de la Rosa, Violeta, Aqua Marina, anbel, alicia perez hernandez, Ma. Gloria Carreón Zapata., María C.
Comentarios10
Muy bueno tu poema- Saludos de DOMOTA
Hondamente agradecido por la gentil cordialidad de tus palabras y tu noble apreciación,
María Dolly, las cuales son un honor para este tu servidor.
Saludos cordiales
Sensual y tierno Soncafe, buena noche
Gracias por tu linda apreciación mi Dulce amiga y por tu tiempo
en estas humildes letras.
Abrazos y que tengas una feliz noche
Palabras diguanas de ti poeta
Un gran saludo
Muy agradecido de tu lectura y tus palabras mi poeta, amigo Bambam.
Saludos
BRAVO POETA lo has hecho magnífico, dejando entrever el paso del tiempo que a todos nos irá llegando.
Un abrazo
Mi querida María has acertado muy claramente el mensaje del Poema.
Esa parte de nosotros que vamos viviendo y dejando atrás, hasta volver
al niño que un día fuimos.
Abrazos a ti, que tengas un excelente día
Un hermoso y gratificante poema estimado Soncafe
Saludos de amistad
Críspulo desde Torrelavega
Se le agradece profundamente sus gentiles palabras estimado Críspulo.
Es un verdadero honor su tiempo y sus palabras.
Saludos
Que hermoso tu sentimiento y mas hermoso como lo describes tan apasionadamente...Saluditos Paisanito
Mi querida Violeta, gracias por tus amables y siempre bellas palabras.
Recibe un gran abrazo y un sincero salud, mi paisana
Se dispara la mente en cada verso.
Apreciada Hada Marilyn, gracias por tu gentil amabilidad expresada en tu comentario,
son un honor.
Saludos, Poetisa
Me ha encantado. Un gusto leerte. Un abrazo.
El gusto de saber que lees los escritos de este tu servidor,
siempre será un gran honor mi querida Anbel.
Gracias por tu tiempo y la gentileza de tus palabras mi querida Amiga.
Recibe un fuerte abrazo y muchas bendiciones
y sentí los años crepitar en el alma
con la furia de un tren que no va a ningún lado,
disimulé un segundo para reír con lágrimas
atravesando imaginarias callejuelas,
tomé de la mano al niño que aún queda de mi
y lo invité a quedarse dormido en mi regazo.
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QUE TERNURA HAY EN TU ALMA QUE GRANDEZA DE HOMBRE CUANDO SUS LÁGRIMAS CAEN COMO LAS DE UN NIÑO SOBRE ESAS CALLEJUELAS DE MELANCOLIA. UNA METAMORFOSIS EN RICA POESÍA.
ABRAZOS MIL CON SALUDOS , POETA
La grandeza de tus palabras también dicen mucho de ti mi apreciada poetisa
Alicia. En cada poema hay frases que nos gustan y esas a las cuales haces cita
son las que más sentí dentro de la imaginación del poema.
Una vez más se siente en el alma la gratitud por tanta gentileza tuya
en las bellas expresiones de tus nobles palabras.
Saludos y abrazos hermana de letras, hermana del alma
Sin duda el paso del tiempo no perdona. Una maravillosa prosa poética nos comparte estimado autor, un lujo la lectura. Le dejo un cordial saludo.
Apreciada María Gloria, Mujer de letras, mujer de fe.
Es un honor recibir tu visita y tus palabras tan gentiles y motivadoras.
Recibe mi agradecimiento con profunda humildad y respeto.
Saludos cordiales
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