ESTOY HABLANDO CON LOS ÁNGELES
de mi trabajo, de mi rutina,
del cansancio que sienten mis pies
de lo solteros que son mis días.
Estoy hablando tan a gusto y sin llorar
de la fatiga que representa seguir vivo
y de lo curativo que resulta el café,
cuando se disfruta con uno mismo.
Estoy hablando con los ángeles
y les pregunto, si pudiéramos
intercambiar los papeles
tan siquiera por unas horas,
para rodearme de aire,
de luz, de frescura, de brillo,
para quedarme por un instante
en un sitio acogedor y solitario
y quitarme el remordimiento,
y la pesadumbre de un mortal
solitario, humano vivo.
Estoy hablando con los ángeles
y les explico, que no tuve mujer ni hijos,
que no fui un infeliz, pero sí un solitario con letras,
un viejo con poemas
y la soledad como única compañera.
Estoy hablando con los ángeles
y les cuento, que mis entrañas están en ruinas
que quise tener una mujer, eterna, divina,
y tan solo tuve hojas, libros y libretas
llenas de mis poesías.
Que fugaz es la vida, el hombre,
que vano es existir y morir,
que absurdo es nacer del polvo y terminar viento.
Estoy hablando con los ángeles
y deseo que me tomen
o a sus alas en el cuerpo,
y suplico el favor de ser vuelo.
Ellos se asomaron
en un pliegue que une y separa
las nubes del cielo,
se deslizaron hacia abajo,
la tersura de su voz
producía un sonido extraño,
y yo les seguí hablando
de lo duro que ya lo es todo
a estos, mis viejos años.
¡Tómenme, llévenme, aquí estoy,
que estoy fastidiado!
no tengo quejas, lamentos ni maldiciones
contra Dios ni contra ustedes,
pero la pena y mi inquietud está en despertar solo
amargamente solo otro día,
¡miren! tengo en éxtasis la calma,
y a esta edad, mi alma ya debería estar tranquila o vaga.
¡Ah! Tan desdichado fuiste -me dijeron-
que se fue tu vida componiendo versos,
pero qué pudiéramos hacer si nada de lo que dices
es suficiente para tomarte,
si la que habla es tu aturdida soledad
el bullicio de tu soledad,
y tu corazón de soledad, que está lleno.
¡Ah! Tan desdichado fuiste -me dijeron-
que se fue tu vida componiendo versos,
a la par de la vida de otros, pero en turbulencia,
es tu soledad la que te impacienta,
y te hace hablar como poeta.
Pon de tu oído y escucha lo recóndito de tus letras
haces asomar a los ángeles
y tus plegarias con versos, a tu llamado se presentan.
La muerte de los hombres comunes
solo es muerte, es vana,
menos el expirar de los poetas,
¡te bendecimos! tienes la respuesta en tus poemas
es imposible intercambiar las alas
o acaso, ¿hay mayor gloria que ser poeta?
La luz ardiente está en tu poesía,
tu ruina consiste en pedir más,
los ángeles sobre ti se inventan,
¿Y qué cosa es gloria, para ti, sin tu soledad?
Estuve hablando con los ángeles y ellos respondieron:
“Lo sentimos amado viejo.
Los poetas no van al cielo”
- Autor: ANGÉLICA CONTRERAS (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de abril de 2019 a las 18:36
- Comentario del autor sobre el poema: instagram: leer_y_escribir_
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
- Usuarios favoritos de este poema: Nhylath, Lualpri, kavanarudén
Comentarios3
....ANGELICA...
...TRES VECES SOBERANA...POR POETISA...POR MEJICANA Y EN MEJICO...AMERICANA.....
BELLO...BELLO...BELLO....
Bellas tus letras!! Bravo!
Saludos, angelwanda
Hermosas letras.
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