Cansado de ir y venir,
de hallar y no hallar,
de ser y no ser;
de ver al fondo lo oscuro de la luz,
de oír al niño soleado de ocre.
No quiero ver como un río cabezón
ahogue las flores de un goce con ásperos pelos.
Oh, Jesús Salvador;
tu luz en mi odre,
tu ojo en mi alma,
mi cabello los aliña,
y mis manos moradas.
Pienso que el pensamiento
piensa aparte de mí, sus trucos;
y me hace pensar que no pienso yo,
ni él en mi yo (¡por Dios!)
Fui, soy, y sigo siendo el bramar
de las ramas del árbol arpal.
Mi bandera
canción de chincol
descorrido soplo.
- Autor: Christian Jovani (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de abril de 2019 a las 19:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Daniela Mora
Comentarios1
Interesante su poema. Me gustó mucho. Saluditos.
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