Mirando el cielo
pensaba que las estrellas me comprendían,
que me abrazaban dentro de la oscuridad
con ilusión sin fronteras,
que entendían el lamento de un ente oscuro,
pero me di cuenta del lugar en que estaba,
y la lejanía que existe entre una mortal y el cosmos.
Mirando el cielo
solia encontrar el refugio de mi alma,
en lo profundo del azul nocturno
la luna me decía:
"Mira niñita que vives en la desdicha
de querer vivir en tinieblas",
y yo solo corría a abrazarla
llorando entre surcos de perfume y miel
sintiendo la cálida luz de la luna en mi piel,
y ella sollozando de amable expresión
sonreía en medio de mi desdén emocional.
Mirando el cielo
veía estrellas fugaces correr
en busca de la lagrima eterna
que hay en nuestra alma,
venus sonreía mirando y decía:
"cuidado niños, que por no mirar, te puedes caer"
y yo, solo queriendo jugar con los cometas,
me caí no una si no muchas veces,
porque la porfía es mayor cuando
lo prohibido se revela en indicios del destino.
Mirando el cielo,
descubrí que a veces
lo que parece lejano suele no serlo (o no del todo),
cuando sentada en los confines de la tierra pensé:
"aunque me haya caído, puedo y algún día volveré a donde pertenecía"
con sentimiento triste de emoción
me dije mil mentiras en la verdad de la noche
mientras el brillo de las estrellas que miraban aquella escena
disfrutaban del jubilo en su espacio sideral.
Mirando al cielo
me di cuenta que nunca nadie me entendío
y que solo melodías expresadas en el aire
eran lo único que me podían entender del todo
y como yo ciertamente quería,
en ese momento llegó el pequeño Plutón,
tomó mi mano y dijo con voz de niño pequeño:
"No te desanimes niñita ojos de agua,
que el rio pasa y tus ojos se volverán como brillos
iluminando todo a tu paso, niñita, no llores más".
Mirando al cielo
tuve una remembranza,
fue curioso que al caer de tanta altura
sentí que me sumergía en un lago,
profundo como la oscuridad
del que no podia escapar y me dije:
"si no puedes nadar Angie, tienes que adaptarte"
- quizá fue algo ilogico de pensar en la desesperación -
y caí,
caí rendida ante de adaptarme.
Cuando desperté,
el viejo que estaba sentado en la banca
al fondo del lago me dijo sabias palabras:
"niña, deja de pensar o el lago donde estamos se hará
cada vez mas grande con cada lamento",
yo incredula, solo lo miré,
me levanté y fuí a buscar una salida.
Estaba en lo profundo,
sola y hundida en mi propio averno,
y no encontraba salida alguna,
como si el destino quisiese que estuviera sola,
en la miseria de mis días.
Miré al cielo
buscando esperanza
pero no la hayé o no tuve la suficiente fé,
miré al cielo
buscando compasión
pero no estaba ahí si no en otro lugar
y perdí la ilusión,
la fuerza para vivir en este maldito lugar,
sé que soy débil, pero la ira me llena el corazón,
la desesperación toma carácter...
me es realmente difícil pensar así,
con tanto pesar,
con tanto malestar por vivir.
END CHAPTER I.
- Autor: Sami Härkönen (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de abril de 2019 a las 02:00
- Comentario del autor sobre el poema: Uno de cinco.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Dreamss, Lualpri, Aqua Marina
Comentarios1
Mirando al cielo mi niña,
mirando al cielo...
Esa luz que mas brilla
es del lucero !
Las demás son estrellas;
la luna, pero...
el sol la torna bella
con luz de fuego !
Aun falta lo bueno!
Saludos y gracias por leer!.
Siempre falta algo !!!
Cariños.
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