Ese otro yo.

Este otro yo

irreconocible por tu ausencia

no será, de nuevo, completo en esencia

hasta no dar otra vez contigo.

Este otro yo

castigado al frío húmedo

de no saberte aquí

no será reconfortado en sus huesos

hasta arroparse con la tibia piel de tu ser.

Este otro yo

inspirado en tu Naturaleza

marchitado y aletargado se encuentra

necesita la luz de tu primavera.

Este otro yo

incompleto en su extraña posición

no será ubicado en el universo

hasta no dar con el brillo de tu mirada limpia.

Este otro yo

agotado en su incansable locura

no volverá a su cordura

mientras esté lejos de tu alma física.

Este otro yo

acaso perdedor y pendenciero

no será acaso persona terrenal

hasta no ver en tus ojos el cielo.

Este otro yo

y el que me complementa a diario

no seremos moléculas vivas

hasta no dar con tu energía.

Este yo entonces

y mi alma dormida

despertaremos de la hibernación

cuando el Sol serrano nos alumbre

nos caliente y nos guíe.

Entonces, y sólo entonces

las cosas que existieron

volverán a aparecer en su lugar

las mariposas descansarán en mi pecho.

Mis conexiones, antes inconexas

volverán a conectar mi materia contigo

y juntos, cuerpo y alma, por fin,

serán tuyos hasta la nueva y trágica

desconexión de tu presencia corporal