No hay felicidad.

Yo lo era todo bajo tu cuidado y tus atenciones.

Me mantenían vivo, esos pensamientos y emociones.

Debió haber algo que hice muy mal para perderte así.

De otra forma no me explico como es que llegue aquí.

Nunca había sentido un dolor así de fuerte y profundo.

En este abismo profundo caí, y a diario me hundo.

La luz se diluye por un muy pequeño resquicio.

Las opciones son cortas, entre ellas, suicidio.

Dicen que las terapias para dejarlo todo atrás funcionan.

Llevo tres años pagandole a alguien para que me diga.

¿Cuál es la clave con la que las personas son felices y se enamoran?

¿Por qué mi semáforo de vida está en alto en lugar de siga? 

Esto no tiene que doler, nunca más. 

Son palabras que mi mente quiere memorizar.

Pero no puedo imaginar un mundo.

Donde tú y yo, no nos podemos ni abrazar.