Camino invisible por el valle
cubierto de neblinas del alba,
soy parte del susurro que trae el viento,
y que aun este no se ha llevado,
Me convierto en los pasos del extraño,
en el caer lento de las hojas.
estoy en todas partes.
Me envuelvo con aromas salvajes,
me cobijo en el pelaje de los animales,
grito en el aullido de los lobos.
la naturaleza introduce
sus largos dedos en mi espíritu.
Me recuesto en las orillas desiertas
y me deslizo al mar profundo,
circulo las corrientes danzando,
vuelo por el agua y nado horizontes.
Decido dormir con ojos abiertos,
descubrir mis ojos y cubrirlos con estrellas,
dibujar con mi dedo
el vuelo de luciérnagas,
tatuar con luz marina mi cuerpo y desaparecer,
formar la líneas del mundo con mis arrugas,
ser los infinitos y confines,
ser lo inexplorado y salvaje.
Quiero estar en el corazón de la bestia,
latir fuerte, sonora, de grito tibio
que esconde el pecho.
Desaparecer en la llama roja,
que emerge de las almas.
- Autor: Hekena ( Offline)
- Publicado: 30 de abril de 2019 a las 23:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 70
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Lualpri, lazaro sosa cruz, Viento de amor
Comentarios2
Que bonito y ese tema...genial !
Hermosamente bello.
Gracias.
Gracias por tus palabras y tu lectura. Un abrazo
Otro para ti.
Es ése introducirse en el silencio del paraje de la naturaleza lo que nos aísla y a la vez nos introduce en nosotros mismo, es lo que nos descubre qué somos en medio de tanta nada. Hemos olvidado qué relación tenemos con la Tierra desde ese momento en que ya no la pisamos con nuestros pies descalzos.
Gracias por tu poema.
Lázaro.
Exacto ahí está la razón de estás palabras. Un abrazo
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