El cielo azul invita a pasear,
y a deslizarse por ese mundo de los sueños
que él abraza y nos ofrece.
Quiero soñar y subir al cielo y, una vez allí,
cerrar los ojos,
dormir profundamente,
sentir la caricia de la brisa divina,
saborear el néctar de la felicidad y vivir,
(o dormir),
en ese limbo inocente,
donde los niños no quieren dejar de serlo,
y los mayores miran con envidia
a los pequeños.
Cuando llegue la noche vigilaré, con las estrellas,
para ver pasar a los cometas
y las sombras celestes
que, seguro, abundan
con sus formas sugerentes.
Quizás me alcancen los suspiros de las sirenas
y de los ángeles,
o los susurros de las cigarras celestes,
aunque también, es posible, que me subyugue
la música celeste de los astros
y mi voz se quede congelada
ante este espectáculo.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/04/19
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 4 de mayo de 2019 a las 08:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 92
- Usuarios favoritos de este poema: Yamila Valenzuela, Texi, Tamrico
Comentarios1
Bello... muy bello !
Gracias luis.
Saludos.
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