De la Villa Emérita
frente a la vieja alcazaba,
ensimismado en las puestas del sol
me comento y me alecciono.
Las aguas bajan serenas
atravesando los ovalados ojos sin cejas,
entre islas y garcillas
nace en Sierra Bermeja,
muere en el Guadiana, el Albarregas.
Tienen sus muros acuñados
sellos de Roma en sus vetustas piedras,
Guadiana esconde sus ojos,
de sus orillas a los muros, trepan las hiedras.
Triunfante su entrada por puente
que sus mansas aguas atraviesan,
remansos de verano, hojas de otoño,
caen al pie de las rudas piedras
o en las frías tardes de noviembre,
tiemblas de frío bajo el viejo madroño.
El paso del tiempo ha derribado
las tumbas de los poderosos ricos,
levantando casas e iglesias,
enterrando las coloridas teselas
de los dioses acostados en los mosaicos.
Y el polvo de la árida tierra,
alza el vuelo por los Cerros del Calvario,
de San Albín se remueve la piedra.
Las calzadas empedradas
se cruzan y se alejan,
pasando de los pueblos a la villa
que caminando a su paso nos dejan,
caminos y senderos, de Jijón a Sevilla.
SENDEROS
Alfonso J. Paredes
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Imagen tomada de internet, cuya fuente es: www.google.es/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&a
- Autor: Alfonso J Paredes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de mayo de 2019 a las 14:59
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Aqua Marina, Alfonso J Paredes
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