En el dorado atardecer de un lejano otoño
oros y amarillos poblaban la alameda,
sus esplendentes destellos el espejo herían
antes de mirarse altivos en la imagen tersa.
Briznas de oro saltaban de las rizadas aguas
que jubilosas se llevaban las tristes penas
de unos chopos que se vistieron de vivo verde
y ahora lloran la pérdida de sus hojas muertas.
En el espejo dorado del ufano río
las desnudas ramas de los chopos se contemplan
y al aire vierten intensos y amargos suspiros
que el Aquilón se lleva entre sus manos gélidas.
Las cantarinas aguas en su constante fluir
de los álamos el amargo dolor se llevan
y en el lírico paraje de oros y amarillos
los chopos desnudos y entristecidos se quedan.
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Autor:
Julio Noel (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 7 de mayo de 2019 a las 08:14
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Yolanda Barry, Mauro Enrique Lopez Z., ADANS BECMAN, Melba Reyes A.
Offline)
Comentarios2
precioso,el declinar deuna vida.un placerleerte.
Gracias, Yolanda.
lindo
Gracias, azulblue.
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