El luminoso y añejo pasillo retumbó
al silencioso grito de tu mirada.
Descarga de ira, dolor, tal vez, ¿nostalgia?
Vista gélida, imponente, golpe seco en mi nuca.
Al girar, te encontré abstraída, rapaz.
Busto inmutable, simulando indiferencia;
tu sobresalto confirmó mi barrunto;
y otra vez: esquiva, distante… ajena.
Necesitabas un último vistazo, el definitivo;
ojeada lapidaria, mirada de Gorgona.
Aquel instante me inhumaste, sin miseración.
La roca final para sellar el olvido.
Por mi parte no hay rencor, nunca lo hubo.
El victimario nunca espera clemencia.
El día que al fin me entiendas, me exculpes
florecerán gerberas en mi túmulo.
- Autor: Opio (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2019 a las 17:57
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: El otro yo
Comentarios2
"el victimario nunca espera clemencia" 👏👏
Le pusiste letras al sentimiento, bravo
Gracias querida amiga. Un abrazo fuerte.
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