La misma silla.
La misma mesa.
Los enanos cuidando de la fuente.
Un sujeto a mis espaldas al teléfono
planea junto a quien le escucha
el operático mañana de un arresto
mientras a clientes nuevos
les habla de sus méritos.
De cómo le obsequian
una vez resuelto cada caso
por su actuar presto y resuelto.
Tanta potestad a mí me asusta.
A mí.
El sujeto de la misma mesa cada tarde
con torta y café fresco.
Sus palabras se detienen
me preocupo.
Tengo una hora entera para
mí tinto y ponqué negro.
Dos sillas vacías siempre me acompañan.
Son testigos de mi hacer sin prisa
sin correr
sin un saludo
ni al final un hasta luego.
Voces y arpas vienen de la calle.
También un chelo a quien ya le pedí el teléfono.
Todas panas en busca de ganar lo ya perdido
como otros muchos en las calles
desentonados ofreciendo caramelos.
Con el chelo me llegó un recuerdo del pasado.
Declamo y a mi lado la bella chelista.
Su esposo en el control del estudio improvisado.
Ella guía cada verso mío
con su chelo me da acordes.
Es lazarillo de mi voz
angustiada y sin acento
para poner poemas en CD
que van a cajones de recuerdos.
Los he perdido todos más guardo la esperanza
de en alguna caja de trastos
encuentre algún día uno de ellos.
Igual perdí mis libros.
Ahora son fantasmas intocables rondando mi cerebro.
El sujeto de la mesa vecina sigue en triunfos.
Del prospecto de vencidos que le acompañan me entero
le quieren contratar para recuperarles un adeudo.
Diez y seis kilos -en paréntesis comenta - haber ganado.
un pequeño abuso, dice, del que no parece arrepentido
pues su costumbre es ganar en todo, en esto y en aquello.
Bebo mi tinto ya frío.
Trago la última borona de pecado
del pequeño ponqué negro.
Ahora estoy solo.
Los triunfos se fueron con su pregón a inventar nuevas historias.
Sigo en mi prospecto de poema
dando tiempo a la hora para encontrar el minutero.
Son la cinco y media.
Ahora nuevos vecinos hablan con gusto del concierto.
De aquel que organizó Branson
sin más motivo que su generoso corazón de billonario
o tal vez por prender una vela en el entierro de mil cualquieras
como una nueva aerolínea suya al vuelo.
Mañana puede ser la muerte o la vida en la frontera.
Y yo aquí puliendo mi poema
como oráculo sin modo de saberlo.
Solo.
Miro la tele.
Tres lánguidos guardas de la revolución bolivariana en la pantalla
con fusiles automáticos al parecer dispuestos.
La revolución bolivariana en apariencia a fallecido
más se niega a asistir al propio entierro.
Y nosotros en Colombia
poniendo el suelo patrio
donde pueden florecer mañana muertos
dando pan cuando no alcanza
queriendo imitar a Jesús en el desierto.
No importa.
Damos a hermanos libertarios
de sangre, color, y ahora de sueños.
Así para ellos el sueño sea arroparse a nuestro lado
Y para nosotros sea verlos en su patria - contentos.
Por qué de alegría ha de ser el mundo.
De tinto y pastel husmeando vidas.
Solo junto a mis dos sillas
mi café y ponqué negro ya se fueron.
mis libros y versos - a su ritmo - a mi lado marchan en pasado
como allí mi fructífero esfuerzo
de cumplirle a mis mujeres
mi esposa
dos hijas y ahora
en total una manada de cinco nietos.
Ellos están para cuidarme
si es que acaso algún día
no puedo procurar mi sustento o caminar hasta el jardín
siempre y cuando entre luz en mi cerebro
por qué si esto no ocurre - aquí la carta -
para que adelanten mi hasta luego.
Más va en Dios que mi amor a Él le pide
y me dice le escucha
en su promesa de dejarnos juntos aún más viejos.
En tanto recuerdo el decir de un contertulio
de otrora chat de poemas y disputas en rimas
desde la pampa y por ella iluminado
en sus floridos mentaba:
Mis poemas no importan - son cenizas - ya les lancé al viento.
Importan son buenos momentos así sea solo como hoy.
Todo precede no sé si a mi final o mi comienzo.
CIBORG MR
- Autor: RIMUZ CIBORG MR (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de mayo de 2019 a las 23:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 64
Comentarios5
Soso...largo...aburrido...sus textos son algo difíciles porque si no son demasiados cortos que no se comprenden es que son muy extensos pero no dicen nada al final, se pierde la idea y no hay comprensión del tema.
" El que mucho habla, mucho yerra !
Gracias Dolores.
Agradezco tu lectura
Casi todo puede ser comprendido si existe la sana intención de hacerlo sin cortapisa alguna e interés.
Si de la lectura nace una reflexión
después del escrito haber leído,
es señal que se ha comprendido
su metafórica intención,
razón de que este ha cumplido
con su intencionada misión,
como es haber conseguido
leerlo, con interés y atención.
Interesante tu manera de contar las historias de actualidad.,
Un abrazo desde la tierra de Don Quijote de la Mancha.
joanmoypra
Gracias a los dos
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