Queridos amigos Poetas, pido disculpas públicas. Estoy en cama, con una costilla fisurada, esguinces en muñecas y pies, por ser atacada vilmente por ese loco taxista que no sólo me pegó sino que me arrastró 50 metros por el asfalto de la Avda Nazca de Buenos Aires.
Mi ánimo no es el mejor y no tengo fuerzas para postear ni escribir absolutamente nada. Mi saludo especial a mi amigo incondicional Toqui, que se ha reintegrado al foro, luego de una tristeza tan enorme que lo llevó a estar casi tres meses ausente.
Pasará.
Los amo a todos!
Aplastantes murallas
de piedra ennegrecida,
entre días y noches
pálidos y adversos,
perdidos…
entreveo somnolienta,
aquella parábola
mañida de encantos
y del triste ocaso
de vivir de lo Perdido.
Aquel simbólico
espejo implacable y mudo,
que posees
urde el Universo descarado,
que te imita.
Mientras el
herrumbre oxidado
de la espada de las Sombras
más oscuras y siniestras,
atraviesa
mi alma inmolada
de dolor y nieve,
Ánima que se esconde
en el pajonal escaso y ceniciento,
en donde habito.
Párpados cerrados
de maizales..
los días que ya fueron,
me han negado nuevamente,
en la sangrante orla
de mares y enhiesto faros
vestidos de aromas terrestres
y esquirlas nacaradas
de la Vida y de la Muerte
concebidas…
(Soledad, dame un descanso,
en este ingrávido dolor
que no mengua..)
¿Podrá el sol,
brillante esfera
apagar en pocas horas
estos versos escritos
en carne salada y viva?
anegados versos
a los derribados dioses
enfermos de maldad
y sin piedades
que en cada instante,
y en cada hora sorda y ciega,
preñado mi espíritu
de Vacio y Negrura
que me ahogan
sin aliento…
(dioses muertos en lejanías,
que no escuchan
las insomnes Noches
y a los fantasmas del Día,
y a los que mil veces,
con ojos cerrados y ausentes ,
que ahogan mi silencio,
aún
ruego y maldigo).
Aplastantes murallas
de piedra ennegrecida,
entre días y noches
pálidos y adversos,
perdidos…
entreveo somnolienta,
aquella parábola
mañida de encantos
y del triste ocaso
de vivir de lo Perdido.
Aquel simbólico
espejo implacable y mudo,
que posees
urde el Universo descarado,
que te imita.
Mientras el
herrumbre oxidado
de la espada de las Sombras
más oscuras y siniestras,
atraviesa
mi alma inmolada
de dolor y nieve,
Ánima que se esconde
en el pajonal escaso y ceniciento,
en donde habito.
Párpados cerrados
de maizales..
los días que ya fueron,
me han negado nuevamente,
en la sangrante orla
de mares y enhiesto faros
vestidos de aromas terrestres
y esquirlas nacaradas
de la Vida y de la Muerte
concebidas…
(Soledad, dame un descanso,
en este ingrávido dolor
que no mengua..)
¿Podrá el sol,
brillante esfera
apagar en pocas horas
estos versos escritos
en carne salada y viva?
anegados versos
a los derribados dioses
enfermos de maldad
y sin piedades
que en cada instante,
y en cada hora sorda y ciega,
preñado mi espíritu
de Vacio y Negrura
que me ahogan
sin aliento…
(dioses muertos en lejanías,
que no escuchan
las insomnes Noches
y a los fantasmas del Día,
y a los que mil veces,
con ojos cerrados y ausentes ,
que ahogan mi silencio,
aún
ruego y maldigo).
Patricia Aznar Laffont
- Autor: Selene_2015 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de mayo de 2019 a las 00:05
- Comentario del autor sobre el poema: derechos reservados
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 87
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Texi, Anton C. Faya
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