Una tortuosa senda en las agrestes montañas
a la fuente de heladas aguas me conducía,
en sus fríos cristales anhelaba apagar
las fogosas pasiones de mi atribulada vida.
Por fragosos vericuetos se encaramó mi alma
para vencer las tentaciones más libertinas,
pero al posar sus pies en las elevadas cúspides
a sus penas no halló consuelo en las altas cimas,
pues al besar mis ardientes labios el cristal
para sofocar en su hielo el fuego en que ardían,
una lene nube se disipó de mis ojos
y la anhelada fuente se esfumó de mi vista.
Un vano sueño la fuente fue de aguas heladas
que tomó forma real en mi ardiente fantasía,
su frío líquido no pudo apagar mi ardor
ni logró calmar la atribulada alma mía.
- Autor: Julio Noel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de mayo de 2019 a las 06:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 55
- Usuarios favoritos de este poema: Melba Reyes A.
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