Fue mi primer pensamiento,
Una nota delicada y sonora.
Y de rosas se perfumaba el viento,
Con tu nombre, Madre, a la primera hora.
Fue miel virgen en mi boca.
Un turrón de azúcar morena.
Un nombre que mejores días evoca,
Y alimenta, Madre, una ilusión nueva.
Y me sentí feliz de que tú nombre,
Fuera hoy mi alabanza primera.
Y es que mi espíritu ya nada esconde
Y desde el alma, Madre, humilde te venera.
Concédeme, Señor, que en cada aurora
Despierte yo, a mi madre recordando.
Que su bondad y justicia me sigan forjando
Hasta volver a verla, como la veo ahora.
- Autor: Pablo Perez Maisonet (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de mayo de 2019 a las 05:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 75
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Ana Maria Germanas
Comentarios2
Hermoso
Bellisimo poena.-
Ojala. el recuerdo de nuestra madre, este vigente, dulce y amoroso, hasta el fin de nuestros dias.-
Es su espiritu inserto en el nuestro.-
Me encantaron tus sensibles versos.-
Un cariñoso saludo.
Gracias por el aprecio por las letras del poema.
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