El lenguaje divino es el (ruido o el) silencio

En la concatenación de las cosas;
El acto o el movimiento, aquello que es
Lo mismo a sí ¿Para qué pedirle hablar, entonces?
Todo nos repetiría ahora el mismo mensaje personal
Aquella repetición que nos mantiene al borde del no
Comprender nuestra caída en la complejidad
De la comprensión o la conquista del sentido

Todas las cosas o no, van diciéndonos lo mismo:
Silencio o ruido, silencio no ruido, no ruido o silencio
Quizás lo mismo, no sé o sé, quizás lo mismo o uno intermedio

¿Pero de dónde viene, el mundo de uno? Preguntas clásicas, todo;
Lo mismo, chirrido/tendiendo/al/silencio
Es innecesario el recordatorio: nosotros cantamos