A una joven holandesa

rosablanca27

Siento una añoranza de tu rostro 

a veces de mujer

de cuando aparecías inhumana sobre invernaderos 

de cuando soy una semilla

a tu lado de emperatriz de los corceles 

Has sido bendecida con la venda

profecía en tus dientes

la bola etérea de maravilla anticipa tu boca 

pero el esoterismo profético de tus dientes relata cuentos a niños

y su entrega diurna,

¿no serás tú la madre de cada ciervo muerto

de cada paso comedido

la vara

la nada de medir?

 

Llovió tantas veces y ninguna con abrigo 

solo quise dejar las calles

por miedo al medio de dejar

mi soledad extraterrestre dentro.

Llueve y todo es una pocilga personal 

dentro llueve 

sin abrigo

y en los charcos rostros de mujeres olvidadas 

o soy yo pero no recuerdo

 

No recuerdo 

por qué tú tan rubia tan reina

me acoges de entre las calles 

como al niño diurno hacia gritos 

siento la luz purpúrea púdica

del salón de la asfixia.

¿Ya estoy ciega?

El charco responde 

en el mundo de la perfección todo es amarillo 

pero soy capaz de ver

los tres colores del universo 

apodados como Miriam

para no cogerles demasiado cariño

y en la partida de naipes simultánea

un señor saca mi corazón latente 

y sensual 

que en el mundo amarillo ya deshecho

se ha vuelto partícula

que fuman taxistas de la noche

hartos de tanta rubia.

 

Todo es ajetreo para mí,

y mujer me llevo la angustia de tu perfección

en lo hondo de mi libro de páginas amarillas vacío.

Solo por esta noche

ya que llueve

ebria de pensamiento y por ebria torpe 

es una verdad repentina que te añoro.

 

  • Autor: rosablanca27 (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de mayo de 2019 a las 16:48
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 44
  • Usuarios favoritos de este poema: María C.
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