Y no estás a mi lado,
ahora solo me queda un pensar,
lo que te he querido.
Tus ojos se apagaron,
y yo me quede roto,
con el corazón herido.
Y te abracé, esperando que volvieras,
pero mis ojos se convirtieron en un río.
Noche inquieta para olvidar,
pero no olvido,
tú me amaste,
yo siempre te he querido.
Recuerdo la tarde de verano cuando nos conocimos,
y aquellos ojos negros.
Una flecha se clavo en tu corazón y en el mío,
tu naciste para darme tu amor,
y yo nací para darte el mío.
- Autor: manuel ayuste valero ( Offline)
- Publicado: 18 de mayo de 2019 a las 15:34
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: ana novoa, W.P. Lopez
Comentarios1
Realmente hermoso...
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